Es...




Es un hueco que se siente en ocasiones en el pecho y otras veces en el estómago, o hasta en los dos. Es un palpitar rápido que dilata las pupilas y alenta el respirar. Son mariposas y rinocerontes en el estomago, movimientos, espasmos que detonan 300 voltios, pensamientos que se atropeyan entre sí. Es un silencio enmudecedor donde miras a todas partes o te quedas fijo inerte en la nada, un millar de estrellas explotan dentro tus ojos, algo recorre el torrente sanguíneo, lo sientes, las manos sudan, los labios secan y no hay palabras que lo puedan realmente explicar.

Es gozo, es dolor, es...

¿Y si esta vez te quedaras?



¿Y si esta vez te quedaras?
Pregunta que no dejaba de retumbar en mi cabeza, pero ¿qué clase de pregunta era esa?¿quedarse? ¿para qué? era como pedirle a una flor marchita que floreciera en primavera. Hacer esa pregunta, pensarla siquiera era absurdo e inconcebible  pero aún así, no dejaba de escuchar el eco de la verosímil posibilidad, como un anhelo perdido en el transcurso de todo este tiempo.

¿Quedarte? era imposible, eso es parte de un pasado que como tal, esta compuesto por deformados y sobrevalorados momentos, exagerando e idealizando algo que jamás existió, un buche de recuerdos mal dibujados junto a ti. Pero aun sabiendo todo esto, estando consciente de lo absurdo de esta pregunta, deseaba con todas mis ganas ver tu rostro como antes, tus ojitos dulces, enternecidos con una ligera sonrisa, dejando entrever un si...